Leo esta entrada mientras, casualmente, escucho ‘On Raglan Road’ y se me ponen los pelos de punta… Qué pasada. Recuerdo a un irlandés que conocí en Portugal, las cosas que contaba y pienso lo estremecedor que debe ser ver esos espacios, donde han pasado tantas cosas. Esperemos que, poco a poco, se puedan ir cambiando los malos recuerdos por otros mejores y más brillantes.
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